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Hablando con Margarita Cantalapiedra de Studio Banana

Hablando con Margarita Cantalapiedra de Studio Banana

NOVIEMBRE 2025
·
8 minutos

Margarita Cantalapiedra es interiorista y directora de proyectos en Studio Banana, un estudio internacional de diseño estratégico con sedes en Madrid, Lausana y Londres. Desde esta plataforma multidisciplinar, impulsa proyectos que conectan arquitectura, interiorismo, comunicación y consultoría, con una visión que entiende el diseño como una herramienta de transformación cultural y social.

Convencida de que diseñar es escuchar, dialogar y experimentar, Cantalapiedra defiende una práctica basada en la co-creación, la sostenibilidad y la empatía. En esta conversación, reflexiona sobre cómo el diseño puede generar impacto más allá de lo estético, equilibrando innovación y propósito, y sobre el papel de la colaboración y los límites como motores de creatividad y cambio.

1. ¿Qué te llevó a formar parte de Studio Banana y qué rasgos definen su manera de entender el diseño?

Conocía Studio Banana desde sus inicios, cuando fue pionero en unir diferentes disciplinas bajo un mismo techo. Lo que me atrajo fue su convicción en el diseño como un agente de transformación capaz de mejorar realidades.

Trabajamos desde una filosofía que integra tres pilares: un enfoque one studio —donde el talento se mezcla más allá de fronteras o disciplinas—, la co-creación con clientes y usuarios como base del proceso, y una mirada profundamente humana, que busca equilibrar innovación, funcionalidad y emoción.

2. ¿Cómo concebís el papel del diseño más allá de la estética o la forma?

Para nosotros, el diseño es una herramienta de cambio. Es lo que permite conectar a las personas, generar descubrimiento y fomentar la innovación.

Más que un resultado formal, lo entendemos como un lenguaje que traduce las necesidades de una organización o comunidad en experiencias tangibles. En ese sentido, el diseño tiene la capacidad de transformar comportamientos y abrir nuevas formas de colaboración.

3. Studio Banana combina arquitectura, diseño, comunicación y estrategia. ¿Qué aporta esta visión transversal a los proyectos?

Esa transversalidad es nuestra mayor fortaleza. Cada disciplina aporta una mirada diferente y, al integrarlas, logramos soluciones más completas y coherentes.

El trabajo conjunto entre diseñadores, arquitectos, estrategas o productores nos permite ir más allá de lo funcional, conectar ideas que normalmente no dialogarían y ofrecer experiencias que inspiren, emocionen y dejen huella.

“El diseño es una herramienta de transformación capaz de conectar personas, generar descubrimiento y fomentar la innovación.”

4. En Studio Banana insistís mucho en el compromiso con el cliente, el usuario y el entorno. ¿Cómo se traduce ese compromiso en la práctica y cómo se equilibran esas tres dimensiones en un proyecto?

Nuestro compromiso se construye desde la empatía. Cuando hablamos de cliente, usuario y entorno, hablamos de tres capas que se retroalimentan. Cada proyecto parte de entender profundamente su propósito: qué busca el cliente, qué necesita el usuario y cómo el entorno influye y condiciona ambos.

No diseñamos en abstracto; diseñamos desde la observación y la escucha activa. Nos sentamos con el cliente, hacemos workshops, entrevistas, encuentros… buscamos ir de la mano. Con el usuario final también mantenemos ese diálogo, porque al final es quien valida si hemos cumplido o no con las expectativas. 

“No diseñamos en abstracto: observamos, escuchamos y construimos desde la empatía para dar respuesta a necesidades reales.”

5. En vuestro trabajo, la experiencia humana ocupa un lugar central. ¿Cómo se traduce esa visión en el proceso creativo y en los espacios que diseñáis?

Cada proyecto es una oportunidad para generar valor y bienestar, tanto para las organizaciones como para los usuarios.

Para ello, aplicamos una fase de descubrimiento en la que escuchamos, observamos y analizamos el contexto, la cultura y las necesidades reales. Co-creamos con el cliente y adaptamos el proceso a su identidad, buscando que cada proyecto tenga un propósito claro y una narrativa propia. El objetivo es que la experiencia resultante sea significativa, no solo estética.

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6. ¿De qué manera crees que diseño e industria deben trabajar conjuntamente para generar un impacto real y sostenible?

El entorno y la industria están íntimamente ligados: uno condiciona al otro. Cuando hablamos de compromiso con el entorno, también hablamos de responsabilidad con los procesos industriales y con los recursos disponibles.

El diseño puede y debe ser un puente entre ambos: un lenguaje que traduzca necesidades humanas en soluciones tangibles, pero sin olvidar la trazabilidad de cómo se hacen las cosas. No se trata solo de estética o funcionalidad, sino de procesos responsables, colaborativos y sostenibles.

“No diseñamos en abstracto: observamos, escuchamos y construimos desde la empatía para dar respuesta a necesidades reales.

7. ¿Hay algún proyecto reciente de Studio Banana que consideres especialmente representativo de vuestra filosofía y que marque un antes y un después en vuestra manera de diseñar?

Seguramente el proyecto más representativo hasta el momento es el Espacio Movistar de Telefónica, en su edificio histórico de la Gran Vía de Madrid. Buscábamos recuperar la esencia de esta emblemática flagship y, al mismo tiempo, proyectarla hacia el futuro, poniendo en valor el legado innovador de la marca y su papel en la comunicación y la tecnología en España.

Diseñamos una propuesta versátil que redefine la relación con el visitante y difumina las fronteras entre retail, ocio y cultura. El espacio promueve la conexión con la ciudad y democratiza la tecnología a través de experiencias interactivas: un cubo inmersivo visible desde la calle, zonas de gaming, un cine y cápsulas para la creación de contenidos, todo articulado en torno a un gran atrio que actúa como escenario abierto y dinámico.

Espacio Movistar de Telefónica, en su edificio histórico de la Gran Vía de Madrid

8. En Studio Banana habéis trabajado también para instituciones internacionales como el Comité Olímpico Internacional. ¿Cómo fue el reto de diseñar la experiencia multimedia para la Casa Olímpica en Lausana?

Fue un proyecto muy especial, tanto por el contexto como por el mensaje que queríamos transmitir. El Comité Olímpico Internacional (COI) buscaba que el vestíbulo central de su nueva sede, la Casa Olímpica, ofreciera una experiencia de bienvenida que reflejara su misión y los valores del movimiento olímpico. Nuestro reto fue diseñar una narrativa inmersiva que conviviera con la fuerza arquitectónica del edificio y, al mismo tiempo, conectara emocionalmente con visitantes, delegaciones y personal.

Creamos una experiencia multimedia inspirada en diferentes disciplinas deportivas que simboliza la unidad, la diversidad y la energía del espíritu olímpico. A través de piezas como La Cinta de la Unidad, quisimos traducir en imágenes y movimiento los ideales de colaboración y universalidad que representan al COI. El resultado es un espacio vivo, que cambia y se adapta, y que convierte cada visita en una oportunidad para celebrar los valores del olimpismo desde la emoción y la tecnología.

Vestíbulo central del Comité Olímpico Internacional (COI)

9. Sueles decir que los límites ayudan a afinar las ideas. ¿Por qué las restricciones pueden ser aliadas creativas en lugar de obstáculos?

Totalmente. Cuando un cliente te dice “todo es posible”, tiendes a perder el foco. Los límites, en cambio, te obligan a priorizar, a cuidar lo esencial.

Hay cosas a las que puedes renunciar, pero otras no: esas son las que definen la identidad del proyecto. Trabajar con restricciones estimula la creatividad, porque te empuja a encontrar soluciones más inteligentes y significativas dentro de un marco concreto.

Procuramos escuchar a distintas personas, contrastar puntos de vista y abrir el proceso. En Studio Banana, una reunión puede empezar siendo técnica y acabar convirtiéndose en una conversación de cuatro horas donde el equipo entero se implica. Es en esa colectividad donde surgen las mejores ideas.

10. ¿Qué tendencias generales estás observando en el diseño estratégico y en la innovación creativa que marcarán los próximos años?

Observamos varias tendencias clave en el diseño estratégico. La sostenibilidad y la responsabilidad social se han vuelto esenciales: los proyectos deben reducir su huella ecológica y generar valor positivo para la comunidad. La co-creación con usuarios y equipos diversos se consolida como motor de innovación, mientras que la inteligencia artificial empieza a actuar como un verdadero socio creativo, siempre desde la ética y la transparencia. Además, la hibridación entre disciplinas (diseño, estrategia, tecnología o arte) y el pensamiento sistémico resultan fundamentales para afrontar problemas complejos y desarrollar modelos más flexibles y adaptativos ante el cambio constante.

11. ¿Cómo crees que está evolucionando la figura del diseñador en el siglo XXI y qué nuevas competencias son clave para afrontar los desafíos actuales?

Por su naturaleza, los arquitectos junto a los diseñadores somos testigos y analistas de la sociedad. Tenemos la responsabilidad de observar las necesidades cambiantes de los seres humanos y sus múltiples configuraciones y el compromiso de saber afrontar esos retos y problemáticas ofreciendo soluciones holísticas. Nuestro rol va más allá de diseñar espacios: implica una profunda capacidad de observar, escuchar y comprender para mejorar lo existente. La arquitectura debe ser un catalizador de cambio, un punto de partida desde donde el arquitecto no solo sea visto como un diseñador, sino como un estratega capaz de integrar aspectos humanos, culturales y tecnológicos a través de la co-creación, generando soluciones que no sólo respondan a necesidades actuales, sino que también anticipen y se adapten a los cambios futuros.